Header Ads

El gen que determina la cera de tus orejas y el olor de tu sudor


Hace 40.000 años nació en alguna zona del norte de Mongolia una persona con una mutación genética que hacía que la cera de su oreja fuera más seca que la de sus antepasados.

Por algún motivo que desconocemos, esta variante genética resultó beneficiosa y fue haciéndose mayoritaria en determinadas zonas del nordeste asiático, especialmente el norte de China, Corea, Mongolia y el oeste de Japón. Por el contrario, en las poblaciones del África sub-sahariana se mantuvo el cerumen húmedo.

La población japonesa parece tener dos orígenes diferenciados, los "Jomon" y los "Yayoi", siendo estos últimos los que introdujeron en la isla la mutación responsable de la cera seca. Incluso a día de hoy la fusión de estas dos etnias japonesas no es completa, por lo que en determinadas zonas existen poblaciones en las que predomina el cerumen húmedo, mientras que en otras es más frecuente el cerumen seco.

Aquel antepasado mongol con la cera del oído seca, se diferenciaba de sus contemporáneos por otra peculiaridad. Y es que incluso si tenemos en cuenta las condiciones higiénicas de la época, su olor era mucho más tolerable que el de los demás.

El Dr Matsunaga ya identificó en el año 1962 la correlación entre el tipo de cerumen y el olor axilar, mucho antes de que se lograra identificar que en ambos casos el responsable es el gen ABCC11. Pero lo que es aún más importante, el mal olor axilar u osmidrosis, es una enfermedad reconocida por el sistema de salud japonés, las personas con cerumen húmedo son las que más osmidrosis presentan. De ahí que en Japón se planteen realizar métodos de diagnóstico genético para identificar las personas que padecen osmidrosis.

En realidad la osmidrosis está producida por las bacterias del género Corynebacterium que se alimentan de las secreciones apocrinas produciendo compuestos que dan el mal olor. Las personas con la mutación del ABCC11 que produce una secreción más seca en los oídos, también tienen más glándulas apocrinas y por tanto un olor más fuerte.

De hecho la importancia de las mutaciones del gen ABCC11 podría ir mucho más allá de un cerumen seco y un olor axilar "fuerte". Esta mutación afecta a la secreción de todas las glándulas apocrinas. Hay estudios que relacionan mutaciones en ABCC11 con la resistencia a los tratamientos de quimioterapia para leucemias y cáncer de mama como el fluorouracilo, la citarabina y el metotrexato. Se ha implicado también en resistencia a algunos tratamientos antivirales.

La paleogenética, es divertida.

referencias
1. - Pharmacogenetics of human ABC transporter ABCC11: new insights into apocrine gland growth and metabolite secretion. Toshihisa Ishikawa, Yu Toyoda, Koh-ichiro Yoshiura, Norio Niikawa

2 comentarios:

  1. Que no ese gen hacia qué no te olieran los sobacos según yo no da olor a nada es.todo lo opuesto qué dice de las axilas pero lo de la cerilla seca si te creo

    ResponderEliminar
  2. También pensé lo mismo, según el gen, es el que te libra del mal olor, ahora lo interesante es ver lo se la resistencia a tratamientos. El artículo me dejó con más dudas que respuestas.

    ResponderEliminar

Siéntete libre de expresar tus opiniones pero muestra respeto por los demás y por nuestra politica de contenido.

Con la tecnología de Blogger.