Cuando lo “natural” se vuelve letal
En noviembre de 2025, un reportaje extenso del diario británico The Guardian reveló que una organización denominada Free Birth Society (FBS), fundada por dos ex-doulas que se convirtieron en “influencers”, está directamente vinculada a decenas de muertes neonatales, mortinatos y daños graves en recién nacidos.
FBS promueve una versión radical de lo que llaman “freebirth” o nacimiento libre: dar a luz sin asistencia médica profesional, rechazando controles prenatales, ecografías e intervenciones obstétricas, argumentando que el parto “natural” es siempre seguro si la madre y el bebé son “sanos”.
El problema — y la tragedia — surge cuando aparecen complicaciones: desde hemorragias, sufrimiento fetal, distocia de hombros(atrapamientos durante el parto), hasta la necesidad de reanimación neonatal. En varios casos documentados por la investigación, la ausencia de formación profesional derivó en muertes, daño neurológico irreversible o cuadros críticos evitables.
“Empoderamiento” mediante algoritmos: cómo el marketing digital promueve riesgos
FBS no es un grupo marginal aislado, sino un negocio multimillonario: desde 2018, habría generado más de 13 millones de dólares vendiendo cursos, membresías, comunidad privada en línea y asesoría.
Gracias a un uso intensivo de redes sociales, podcasts, vídeos y un discurso emocional basado en sanar traumas obstétricos y reclamar autonomía, logró atraer a miles de personas en varios países.
Este fenómeno plantea una intersección crítica entre tecnología (difusión digital, marketing online), salud pública y decisiones personales: ¿qué tan confiables son los consejos de salud que recibimos por redes? ¿Cómo afecta el sesgo del testimonio personal frente a la evidencia científica?
El atractivo emocional—la promesa de “sanar” al sistema médico, recuperar control sobre el cuerpo, evitar intervenciones “traumáticas”—convive con la ignorancia técnica sobre los riesgos reales del parto sin asistencia. El resultado: tragedias evitables, basadas en información incompleta o falsa.
Los riesgos concretos: por qué la “parto libre” no es equivalente a parto domiciliario con profesional
Para comprender el peligro, conviene distinguir entre:
* El parto domiciliario con una comadrona o matrona calificada, que respeta ciertas condiciones de seguridad y tiene recursos para emergencias.
* El freebirth, promovido por FBS, que rechaza de entrada cualquier atención médica y evita planes de emergencia.
En los casos documentados, convulsiones, sangrados, placenta retenida, asfixia neonatal, sufrimiento fetal, entre otras complicaciones, fueron ignoradas o minimizadas.
Incluso cuando ocurrían emergencias — partos prolongados, sufrimiento fetal, signos claros de riesgo — las mujeres eran alentadas a “confiar en el cuerpo”, rechazando hospital o intervención. El resultado, en muchos casos: muerte neonatal, daño cerebral, hemorragias graves en la madre.
Según expertos consultados por The Guardian, la desinformación de FBS constituye una práctica “ignorante y potencialmente letal”.
Tecnología, salud y responsabilidad colectiva: lecciones para los ciudadanos y sistemas sanitarios
Este caso nos plantea varias reflexiones importantes para quienes promovemos el uso de redes sociales como herramienta para la salud desde una perspectiva crítica y responsable:
* La difusión digital de “modelos alternativos” de salud puede tener consecuencias reales, graves y globales. Los algoritmos de recomendación, el marketing emocional y la “economía de la atención” convergen con decisiones vitales.
* La evidencia médica y científica no se reemplaza con testimonios: aunque muchas experiencias individuales satisfagan emocionalmente, no constituyen un respaldo seguro para la salud.
* Los sistemas de salud deben adaptarse: la desconfianza en la obstetricia médica real — ya sea por experiencias traumáticas, mala atención, etc. — es un factor de aumento del interés en alternativas. Pero la solución no pasa por abandonar la asistencia sanitaria: pasa por ofrecer atención de calidad, respetuosa, con acompañamiento y menos intervencionismo innecesario. Como recuerda una carta reciente de una matrona denunciante, lo ideal es una partería autónoma, digna, segura y respetuosa — no una “auto-obstetricia” digital.
* Prácticas como las promovidas por FBS recuerdan la necesidad de alfabetización en salud digital: los ciudadanos deben poder distinguir entre marketing, creencias personales, moda en redes y decisiones médicas fundamentadas.
Conclusión
La historia del Free Birth Society es un ejemplo dramático de cómo tecnología y salud, mal combinadas, pueden provocar daños irreversibles. Lo que para muchas mujeres fue concebido como un acto de empoderamiento y liberación — un “parto natural y autónomo” — terminó siendo tragedia.
Para quienes creemos en una medicina basada en evidencia, respetuosa y empática, este caso debería servir como alerta: La salud materno-infantil no puede ser terreno para modas, negocios o pseudociencias. La tecnología — redes sociales, marketing, comunidad online — no debe reemplazar la responsabilidad médica.
Consideramos urgente promover no solo la información médica confiable, sino también la educación en salud digital, la transparencia y una atención obstétrica humanizada y segura.
* [The Guardian]







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